Cabe recordar que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) entendía que no se cumplían los requisitos del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), principalmente en el reconocimiento de derechos en determinados casos como acceso o rectificación a los mismos.
El problema principal radicaba, no en los exportadores e importadores de dichos datos, sino de la falta de convergencia entre las normativas de la Unión Europa y EE. UU. Se necesitaba llegar a un acuerdo entre ambos, que parece que esta vez, si ha llegado. El futuro marco, aportaría soluciones a las cuestiones por las que quedaban anulados los mecanismos anteriores. Se trata de ofrecer nuevas garantías ante las leyes estadounidenses, evitando el impacto desproporcionado sobre la privacidad de los ciudadanos europeos que esta pudiese ocasionar.
Este principio de acuerdo podría resolver el problema que afectaba al tratamiento de los datos y a los derechos de los interesados, pudiendo dar continuidad a los mismos y que no se viese perjudicada la economía digital por ello. En los próximos meses conoceremos más detalles de este nuevo marco, pero todo hace indicar que esta vez sí habrá acuerdo.