El tiempo en que la banca tradicional cubría plenamente las necesidades de financiación de las empresas ya pasó y no volverá. Es una realidad que ha acelerado la pandemia y perjudica a muchas compañías: sin alternativas a la financiación tradicional es muy difícil lograr la liquidez que necesitan para seguir y emprender nuevos proyectos.
«Quien no diversifique dependerá totalmente de lo que ocurra en un sector bancario cada vez más concentrado y con menos actores, por tanto más restrictivo. No contar con alternativas es autolimitarse y exponer la propia viabilidad en estos tiempos económicamente tan revueltos.»
La banca alternativa complementa a la banca tradicional, no la sustituye. Proporciona un abanico de posibilidades interesantísimo que en algunos casos la banca no ofrece: factoring público sin recurso, negocio promotor sin restricciones, préstamos de innovación, financiación del negocio fotovoltaico con fondos, avales internacionales en países exóticos, etc.
Este es un resumen del artículo publicado por José Roca, Socio de Kaizen Consulting y Colaborador de PKF Attest, en donde analiza las soluciones de financiación alternativa a las que pueden acceder las empresas.
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