Las cantidades adeudas por el socio a la sociedad que se van incrementando a lo largo del tiempo y que no se devuelven pueden ser recalificadas por la Administraci\u00f3n Tributaria, como dividendos con las consecuencias fiscales que de ello se derivan.<\/p>\n
Nuestro derecho civil y tributario determina que todo negocio se presume oneroso, es decir, con inter\u00e9s. Por ello, la prueba de lo contrario debe aportarla el sujeto pasivo de la operaci\u00f3n. Y es muy complicado demostrar que las aportaciones y prestamos tengan car\u00e1cter gratuito, pues podr\u00edan considerarse donaciones encubiertas, con el consiguiente alto coste fiscal. Cada ingreso o disposici\u00f3n debe documentarse. \u00a0Por otra parte, la regulaci\u00f3n de las operaciones vinculadas ofrece pocas dudas sobre c\u00f3mo tratar estas operaciones.<\/p>\n
Debemos pues realizar un\u00a0contrato de pr\u00e9stamo\u00a0ordinario donde se expresen los plazos de amortizaci\u00f3n, intereses a precio de mercado (o al menos el inter\u00e9s legal del dinero), vencimiento y el objeto del mismo.<\/p>\n
Por tanto, debemos cumplir con la debida diligencia las exigencias fiscales, a saber.<\/p>\n
Si se trata de un\u00a0contrato de pr\u00e9stamo ordinario,<\/p>\n
Cuando el socio no reintegre el capital prestado en los plazos y vencimientos acordados, la Agencia Tributaria podr\u00eda imputarle al socio\u00a0rendimientos por dividendos,\u00a0con el consiguiente coste fiscal, adem\u00e1s de la sanci\u00f3n que corresponda acorde con la Ley General Tributaria.<\/p>\n
Cuando la sociedad va entregando fondos al socio, generando una cuenta corriente con socios, se debe formalizar el correspondiente contrato de pr\u00e9stamo, cumpliendo con las formalidades anteriormente mencionadas.<\/p>\n","protected":false},"featured_media":6620,"template":"noticias-corporativa-single-post.php","categories":[],"tags":[118,119],"novedades_corporativa":[53],"acf":[],"yoast_head":"\n