Durante el mes de junio suelen celebrarse las juntas ordinarias de socios o accionistas para aprobar las cuentas y la distribuci\u00f3n del resultado del a\u00f1o anterior. Conviene repasar algunos aspectos relativos a la convocatoria de las mismas, con el fin de evitar conflictos.<\/p>\n
Los asuntos sobre los que debate la Junta no se deciden normalmente en el seno de la misma, sino que han sido previamente fijados.<\/p>\n
Ello es as\u00ed, por cuanto los socios o accionistas deben conocer con antelaci\u00f3n suficiente los aspectos sobre los que se va a deliberar en orden a poder participar en la misma con suficiente conocimiento.<\/p>\n
Este requisito viene expresamente establecido en el\u00a0art\u00edculo 172 de la Ley de Sociedades de Capital\u00a0y se instrumentaliza a trav\u00e9s del\u00a0\u00aborden del d\u00eda\u00bb, que constituye una relaci\u00f3n de los asuntos que se deben tratar en una Junta y que es remitida con anterioridad por quien la convoca a aquellos que deben participar en la misma.<\/p>\n
El orden del d\u00eda define, por tanto, el \u00e1mbito deliberativo de la Junta General, de tal suerte que la regla general es que la Junta General no puede adoptar v\u00e1lidamente acuerdos sobre asuntos que no est\u00e9n incluidos en el orden del d\u00eda.<\/p>\n
El orden del d\u00eda es una herramienta imprescindible para hacer valer el derecho de informaci\u00f3n de los socios regulado en el\u00a0art\u00edculo 197 de la Ley de Sociedades de Capital, entendido como la facultad que asiste al socio de solicitar por escrito hasta el s\u00e9ptimo d\u00eda anterior al previsto para a Junta o verbalmente durante la celebraci\u00f3n de la misma (si no se puede satisfacer en ese momento, deber\u00e1 informarse en un plazo de siete d\u00edas tras la celebraci\u00f3n de la misma), los informes o aclaraciones que estimen precisos acerca de los asuntos comprendidos en el orden del d\u00eda.<\/p>\n
Dicha facultad o derecho del socio, encuentra una correlativa obligaci\u00f3n a cargo de los administradores de facilitar la informaci\u00f3n, salvo que esa informaci\u00f3n sea innecesaria para la tutela de los derechos del socio, o existan razones objetivas para considerar que podr\u00eda utilizarse para fines ajenos a la sociedad o su publicidad perjudique a la misma o al grupo al que pertenezca.<\/p>\n
Por otra parte, la informaci\u00f3n es necesaria para tener un adecuado conocimiento de los asuntos que se tratar\u00e1n en la Junta General y poder adoptar una decisi\u00f3n debidamente fundada, de ah\u00ed la trascendencia del orden del d\u00eda para un eficaz funcionamiento de la Junta.<\/p>\n
El contenido de la Junta versa sobre aspectos relacionados con el devenir de la sociedad, es decir, han de tener naturaleza social, bien en lo que afecta al orden puramente interno o corporativo, bien a sus relaciones externas con terceras personas.<\/p>\n
Por \u00faltimo, pero no menos relevante, la Junta General decide sobre asuntos de su propia competencia. El principio de competencia se configura hoy d\u00eda como elemento delimitador del \u00e1mbito de actuaci\u00f3n de cada \u00f3rgano necesario del ente social. Ahora bien, a pesar de su importancia, el legislador no ha sido muy preciso a la hora de definir qu\u00e9 competencias se atribuyen a cada uno de los \u00f3rganos sociales, lo que plantea importantes problemas en el momento de establecer dichas competencias, problemas que se abordan en el apartado siguiente.<\/p>\n
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